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Mi primera Escuela. Nire lehen eskola

Concepción Medrano
Catedrática de Psicología Evolutiva y de la Educación
Ex profesora de BAM

Mucho ha cambiado el mundo, la manera de enseñar y aprender, el estilo de relaciones personales y otros muchos aspectos de nuestras vidas en estos 75 años. Así que, con ocasión de esta celebración sí me gustaría dedicar unas palabras a mis recuerdos y vivencias de la Escuela de Magisterio BAM. Recuerdo con gran nitidez mi incorporación como profesora en el año 1980, recién llegada de Ginebra. Eran mis comienzos como docente universitaria y me encontré con un profesorado, no solo muy profesional y vocacional, sino muy humano, que facilitaba que esos comienzos que, casi siempre suelen ser complejos, fueran motivadores y tremendamente atractivos. Iba contenta a Derio, teníamos conversaciones más allá de la piscología (mi disciplina); de política, de religión, de economía, de fútbol, etc. Aprendí muchísimo, era un trabajo en equipo, era un equipo unido y con buenas relaciones personales que favorecía un clima para crecer, aprender y poder disfrutar del trabajo de cada día. Mi colaboración con la Escuela fue hasta 1983, tres cursos completos. Puedo afirmar con la perspectiva que da el tiempo que fueron tres años tremendamente formativos y que, sin duda, me han acompañado a lo largo de mi carrera profesional.

Mas tarde, nuestro querido Paco me solicitó ser delegada de la Universidad en la etapa de adscripción de la Escuela a la UPV/EHU. No dudé en aceptar este cargo; sabía que más que trabajo me traería el encuentro con compañeros y amigos. Desde el año 2002 hasta el 2013, algo más de una década, pude comprobar cómo a pesar de las dificultades, la Escuela se iba adaptando a los nuevos retos educativos, intentando siempre mantenerse fiel a sus valores y principios en contextos muy cambiantes y que exigían respuestas y compromisos firmes. Esta época, también, está muy presente en mis recuerdos. Las reuniones a las que asistía como delegada siempre eran interesantes, con personas externas a la Escuela que nos aportaban su visión y prospectiva que enriquecían la toma de decisiones.

Para finalizar, desearos que a pesar de los cambios tan vertiginosos que han ocurrido en estos 75 años y los que se nos avecinan, la Escuela continue manteniendo sus valores fundacionales.